En 1985 se desenterró en Brasil el cuerpo de uno de los últimos criminales
de guerra nazi que quedaban sin juzgar, Josef Mengele. El complejo proceso
de identificación de los huesos abrió una “tercera narrativa” en las investi-
gaciones de crímenes de guerra –tras la del documento o la del testigo– in-
corporando una aproximación forense para la comprensión de los crímenes
de guerra y los crímenes contra la humanidad. En el mismo período del
descubrimiento del esqueleto de Mengele, varios científicos empezaron a
aparecer en los casos de derechos humanos como testigos expertos, convo-
cados para interpretar y hablar en representación de los objetos –a menudo
huesos y restos humanos–.
La introducción de estos objetos en los juicios trajo consigo complicaciones
estéticas, políticas y éticas que evidenciaban las dificultades para lograr una
alternativa fija y estable a las incertidumbres, ambigüedades y ansiedades del
testimonio humano. En los restos orgánicos, el rastro del sujeto no puede ser
eliminado del todo; por ello, la presentación de estos objetos ante los juzgados
y ante la opinión pública ha difuminado en ocasiones la línea que separa a
éstos de los sujetos, y a las pruebas de los testimonios. Los huesos de Mengele,
desde la mesa del laboratorio, contribuyeron de forma decisiva al nacimiento
de esta nueva forma de entender los procesos judiciales, al advenimiento de
una nueva estética forense.
- Editorial:
- Paginas:
98
- Edición:
2015
- Idioma:
Castellano
- Peso:
148
- Encuadernación:
Tapa blanda
- ISBN
9789873923029